miércoles, 6 de febrero de 2013

Violencia Machista

Tragedia en Ciudad Real: Un policía local mata a su ex pareja a las puertas de un Mercadona y después se suicida (actualizado)



Nuevo episodio luctuoso en Ciudad Real, en este caso relacionado con la violencia machista. Un policía local de Ciudad Real ha matado a su ex pareja, P.C.C., a las puertas de un establecimiento de Mercadona en la calle Real. Posteriormente, el presunto asesino se ha suicidado disparándose con su propia arma. El suceso ha ocurrido sobre las 9,40 horas. Al parecer, según los primeros indicios, el presunto agresor habría efectuado tres disparos sobre la víctima, de 28 años de edad.


Según ha informado el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Jesús Labrador, sobre el policía pesaba una orden de alejamiento desde el pasado 7 de diciembre, levantada por el juzgado ayer mismo, aunque aún tenía retirada el arma reglamentaria.


La alcaldesa de Ciudad real, Rosa Romero, ha condenado el suceso y transmitido sus condolencias tanto a las familias de los fallecidos como al propio cuerpo de la Policía Local de Ciudad Real.


En los mismos términos se manifestado el Área de la Mujer de Intersindical Castilla-La Mancha, que ha emitido un comunicado en el que denuncia que un hombre haya ejercido, “como otros tantos más, su dominio sobre su ex pareja”.



La Intersindical ha trasmitido a la familia de la joven su “más sentido pesar” por el hecho y, a la sociedad, su indignación porque “estas situaciones lejos de ir desapareciendo se mantengan. Situaciones -prosigue- que, como en este caso, no se reducen al ámbito familiar sino que son consecuencia lógica de una sociedad machista que se acrecienta con las nefastas políticas que actualmente se llevan a cabo, tanto en materia de igualdad, como en materia judicial y penal”.




“La protección de las víctimas es una cuestión esencial para cualquier gobierno regional o estatal, son mujeres sometidas a un terror inimaginable, diario y continuo”, señala la Intersindical. “Pero igualmente han de fortalecerse las medidas dirigidas a acabar con costumbres ancestrales de dominio de un sexo sobre otro, han de endurecerse las medidas contra el uso de la imagen de lo femenino como algo vulnerable, débil y potencialmente oprimible.


 No podemos seguir consintiendo -prosigue- que en las leyes se olvide la lectura de género, es decir, las consecuencias que de ellas se desprenderán hacia las mujeres, que se legisle en contra de la voluntad de las mujeres sobre sus cuerpos, no podemos consentir ni un día mas que la sociedad vea con indiferencia actos machistas, aceptándolos como normales o racionales”.